La influencia de los medios. El caso de Vinicius Jr.

Recientemente tuve la oportunidad de leer en la web del Colegio Oficial de Psicólogos una entrevista a Joaquín Valdés, Psicólogo de la Selección Española de Fútbol, en la que repasaba su trayectoria por equipos como el Sporting, el Celta de Vigo, el AS Roma o, sobre todo, el FC Barcelona (a la fecha de la entrevista aún no formaba parte del equipo nacional)En uno de los puntos de la entrevista, Valdés se refería a los medios de comunicación y a cómo éstos pueden afectar al deportista, especialmente en equipos de gran envergadura, con un peso mediático considerablemente mayor al habitual y en los que, como ocurría en el FC Barcelona, «todo es noticia, lo que es importante y lo que no lo es». Todo adquiere una relevancia mayor cuando juegas en un gran Club. Y por tanto, cada movimiento, cada palabra, cada gesto, cada acción… tienen una alta repercusión. Y no sólo eso, sino que todo es susceptible de manipularse, malinterpretarse o magnificarse, con todo lo que ello conlleva.

Un caso reciente, en otro gran club como es el Real Madrid, es el de Vinicius Junior, procedente del Flamengo brasileño. En las últimas semanas no ha hecho falta buscar demasiado para toparse con titulares sobre el jugador recientemente incorporado al equipo y sobre el que se han generado una serie de expectativas que, a mi juicio, son demasiado elevadas, no tanto por el potencial del futbolista como por la inmediatez que se espera en resultados.

Fuente: depor.com

El caso de Vinicius realmente empezó a llamarme la atención a raíz de una publicación en 2017 de José García Donate, Psicólogo deportivo, en la que muy acertadamente apuntaba que, al conocerse el fichaje por el Real Madrid, «las expectativas sobre este joven futbolista aumentaron exponencialmente, ya que pasar a ser el foco de atención al fichar por un equipo como este tiene una presión añadida que no todos tienen por que saber manejar, además, siendo tan joven»

El texto, muy interesante y acertado, lo podéis leer a continuación:

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Los medios de comunicación forman parte del entorno de deportistas, entrenadores, etc… Y especialmente en la élite de determinadas disciplinas, son una potencial fuente de estrés que hay que saber afrontar y manejar. El deportista debe aprender a digerir la información  que circula casi a diario sobre su equipo y su persona, desenvolverse en ruedas de prensa, hacer un uso responsable de las Redes Sociales (algo que en otros tiempos no existía pero que hoy nos expone de una manera significativa y conviene conocer y manejar), atender a los medios y aprender a convivir con ellos sin que esto afecte a su rendimiento.

En ocasiones, como en el caso de Vinicius, la prensa es el altavoz a través del cual se generan expectativas elevadas que se convierten en presión añadida para el deportista. El caso del brasileño es muy representativo, ya que hablamos de un jugador con potencial para el futuro. Es decir, desde el Club no esperan (o no deberían esperar) un rendimiento y unos resultados espectaculares desde su llegada. Debe ser una apuesta a futuro que se debe trabajar de manera ordenada y planificada y, sobre todo, pensando en el largo plazo. Y tal vez (y digo tal vez, porque corresponde al trabajo interno del Club) en su equipo lo estén haciendo bien. Pero ¿qué ocurre fuera?, ¿qué se habla, se comenta o se dice en los medios?, ¿qué llega a nuestros oídos?

«Vinicius podría volver a Brasil en Enero» (varios medios), «Vinicius Junior, 45 millones de euros en Segunda División B» (El País), «Crítica degradación de Vinicius Junior» (Sport)… son algunos de los muchos titulares publicados recientemente alrededor del jugador. También cuando acierta, las portadas son capaces de generar presión, afirmando que, tras marcar dos goles con el Castilla, llama a las puertas del primer equipo. Incluso jugadores y ex jugadores como Savio, Rivaldo o Donato se pronuncian acerca de un jugador que, no lo olvidemos, es muy joven (18 años en este momento), con muy poco recorrido en el mundo del fútbol de primer nivel (Apenas 2 años en primera división en Brasil) y recién llegado de un país y una cultura totalmente diferentes, con la adaptación a la vida y al deporte europeos que ello conlleva y con el impacto que supone.

Mientras el Club trabaja conforme a su plan con el jugador, los medios se empeñan en acelerar el ritmo. Elevan la apuesta por encima de la realidad, y generan en la afición unas expectativas que seguro no son las que tiene el club y que, sin duda, pueden perjudicar al jugador, quien en un momento dado puede elevar su nivel de autoexigencia, hacer valoraciones equivocadas sobre su rendimiento o actuar conforme a creencias irracionales, lo que sumado al estrés que ya de por sí provoca el cambio radical que esta apuesta ha supuesto para su vida, puede ver perjudicado su desempeño e incluso su salud física y mental. Todo son conjeturas, y las características del propio deportista (su personalidad, su sistema de creencias, etc…) también influyen en cómo encajará todo esto, por supuesto.

Pero considerando que los medios y el entorno son libres de opinar, que es algo que escapa al control del deportista y que siempre estará presente de un modo u otro ¿Qué se puede hacer para mitigar los posibles efectos perjudiciales? Cuatro posibles líneas de actuación serían las siguientes:

  • No prestar atención a la prensa: volviendo al inicio de este post, uno de los consejos que Joaquín Valdés daba, y da, a los jugadores, es no leer la prensa. Así de simple. Con especial relevancia en momentos críticos, e incluyendo en este apartado las redes sociales (Twitter, Instagram, etc…) en las que el propio aficionado tiene contacto directo con el deportista, un paso importante es aislarse, en la medida de lo posible, de lo que se publica.
  • Generar apoyo interno: el Club, el equipo, deben apoyar al jugador, favorecer su integración. El propio Club debería poder facilitar al jugador su adaptación a un nuevo país y una nueva cultura, de modo que se elimine todo el estrés adicional que ésto provoca. Y a nivel de equipo, el propio trabajo de cohesión grupal se aprovecharía de manera natural para facilitar este proceso. Reflejar este apoyo a través de mensajes positivos y de respaldo en público cuando se de la ocasión en medios siempre suma.
  • Establecer un plan a medio/largo plazo y compartirlo con el jugador. Es importante que el deportista tenga objetivos ajustados, es decir, motivadores y que le resulten alcanzables. Y es importante que se defina su rol en cada momento, qué se espera de él. Centrar las expectativas y contar con la confianza del club para cumplirlas es esencial. Como siempre, trabajar sobre lo que podemos controlar nos ayuda a centrar la atención en lo efectivo y retirarla de lo que no aporta (por ejemplo, lo que se dice en medios)
  • Preparar al deportista. Planificar las intervenciones en medios, ruedas de prensa, zonas mixtas, etc… de modo que se anticipe cualquier tipo de situación negativa, y por supuesto preparar al deportista para este tipo de situaciones, anticipando mensajes, posibles dificultades o situaciones y dándole las herramientas necesarias para poder manejarse con eficacia y afrontar el posible estrés que supone la exposición a medios que, en algún momento, será inevitable.

A la publicación de este post, parece que el jugador está teniendo un rendimiento a priori aceptable con el filial, llegando a ser convocado con el primer equipo para el partido de Liga contra el Sevilla (y finalmente perdido por 3-0), y aquí convendría mantener centradas sus expectativas y su confianza (muy importante ir siguiendo el plan y midiendo su rendimiento) Lo que es cierto es que la historia nos ha mostrado cómo otros deportistas que llegaban a grandes clubs, finalmente no respondieron a la expectativa generada, y que tal vez en algunos casos, uno de los factores que contribuyera a ello fuera la presión mediática que rodeaba a estos jugadores.

Un elemento, la prensa, a tener en cuenta, sin ninguna duda.

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