Las temporadas terminan, pero el trabajo continúa. Y el verano es un periodo clave en el que se insertan las pretemporadas para clubs, equipos y deportistas.
Evidentemente, el tipo de deporte, el nivel competitivo del club o equipo, el grado de implicación de los deportistas (amateurs, profesionales…) condicionará la manera en que se planifique y se organice este periodo, pero en todos los casos, hay algunos elementos en común.
Se trata de un punto alejado de la competición, y por lo tanto de los momentos clave de la temporada, lo que hace que la planificación del trabajo sea, cuantitativa y cualitativamente, diferente. Es momento de ponernos las pilas a nivel físico, de tomar decisiones, establecer y afianzar objetivos individuales y colectivos, hacer ajustes, introducir los cambios necesarios, hacer equipo…
A nivel psicológico, que es mi parcela, tienen prioridad el desarrollo de la motivación (con establecimiento de objetivos a medio y largo plazo, atractivos, involucrar al deportista en la decisión…) y la cohesión de los equipos (alineando objetivos colectivos con individuales, estableciendo normas grupales, roles formales e informales…) sobre otros aspectos, y es un buen momento para invertir en dotar a los deportistas de recursos que les pueden ser de gran utilidad durante los meses de competición, algo que más adelante puede resultar muy complicado. Y con la carga de trabajo entre entrenamientos, competiciones, compromisos comerciales (cuando sea el caso) y demás, cualquier oportunidad para desarrollar nuestro trabajo (el del psicólogo/a) y dejar nuestra impronta vale oro y conviene aprovecharla.

El final de la temporada anterior, si hacemos una evaluación rigurosa y objetiva del rendimiento alcanzado en relación a los objetivos que perseguíamos, es el punto de partida perfecto para empezar a planificar una nueva campaña en la que se corrijan los desaciertos y se pulan las virtudes mostradas. Es bueno que antes de volver al trabajo, los chicos y chicas se vayan con esa evaluación objetiva (y a ser posible con carácter constructivo) del rendimiento individual y colectivo como cierre y que aprovechen para desconectar y descansar. Pero también sin descuidarse, por lo que puede ser muy bueno que en su maleta lleven unas pautas mínimas para mantenerse física y psicológicamente durante sus vacaciones, de modo que la vuelta sea lo más contínua y progresiva posible.
A nivel psicológico es una buena idea darles material con el que puedan seguir creciendo. Lecturas, pautas sencillas, ejercicios prácticos que por un lado les estimulen y generen interés, y por otro les ayuden a ir introduciendo conceptos y formas de trabajar que, ya en pretemporada, puedan ir desarrollándose en mayor detalle y profundidad. Simples y sencillas, descontextualizadas (es decir, aplicadas a un contexto diferente al de su deporte y sus objetivos) y que les ocupen muy poco de su merecido tiempo libre. Y si además añadimos un canal de comunicación con el que resuelvan dudas si lo necesitan, mejor que mejor. Y siempre, importante, este trabajo previo a la pretemporada debe ser voluntario.
Algunas ideas en esta línea podrían incluir iniciativas (siempre coordinadas con el entrenador/a) como las siguientes:
📌 Lectura de la biografía de alguna figura relevante de su deporte y discusión en algún grupo (WhatsApp, Telegram, Discord…) creado para ello ¿qué aprendizajes extraemos?, ¿qué nos puede servir para la próxima temporada?…
📌 Lectura de artículos que aporte el psicólogo y posterior discusión en la misma línea
📌 Ejercicios de autoobservación pautados por el psicólogo/a y acompañados de un autorregistro, con el único fin de aprender y comprender la utilidad de esta técnica
📌 Ejercicios cortos, simples y neutros, de visualización. No más de 1 minuto, con la secuencia a imaginar ya definida y sugiriendo el contacto con el psicólogo/a si desean probar a definir una ellos/as
📌 Sugerencias de juegos y dinámicas divertidas para compartir con familia y amigos y que ayuden a trabajar comunicación, atención, trabajo en equipo…
La temporada es larga, complicada, agotadora. Por eso es importante poder dar a los deportistas esos recursos en un momento temprano, de manera progresiva, para que cuando lleguen los momentos difíciles, sean capaces de aplicarlos de manera automática, natural y como parte de un funcionamiento basado en rutinas ya trabajadas.
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Es verano, y el trabajo continúa. Os deseo unas fantásticas vacaciones. Disfrutad, desconectad, pero aprovechad este tiempo para que vuestra preparación no decaiga, para seguir creciendo y para hacerlo en todos los sentidos
PD: espero que estéis disfrutando de estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020
