El 6 de Enero, el Atlético de Madrid recibió un amargo regalo de Reyes en forma de eliminación Copera a manos de su particular matagigantes, el Cornellá. Y al final del encuentro, un capitán dando la cara: Saúl Ñíguez

Para el jugador rojiblanco los últimos han sido meses duros en lo deportivo. El banquillo puede resultar un lugar frío y difícil para quien está habituado al calor de la titularidad. Las lesiones y la fuerte competencia en su posición han influido en un menor rendimiento y en la pérdida de la titularidad, indiscutible durante tanto tiempo. Y eso hace tambalear los cimientos de la confianza. Saúl quiso expresar su situación admitiendo que «El equipo está en un buen momento, yo no estoy en un buen momento, el equipo necesitaba otra cosa que no fuese Saúl Ñíguez y hay que trabajar. Tengo que mejorar y estar bien, sobre todo mentalmente, de lo demás estoy bien»
Qué difícil y qué valiente. Difícil por el momento. Valiente, por el contexto. Y es que ese ejercicio de autocrítica del jugador tiene un valor especial que se entiende mejor si lo enmarcamos en un contexto como el actual, en el que la psicología aún va logrando, poco a poco pero con paso firme, cierta normalidad dentro de los vestuarios. Y gestos como el del capitán rojiblanco contribuyen y ayudan en gran medida a alcanzar esta normalidad.

Y es que, cuando las cosas van bien, es fácil hablar del factor psicológico como un elemento de especial relevancia para el deportista. Y se agradece, por supuesto. A día de hoy no todos lo hacen.
Pero hablar de ello cuando vienen mal dadas, entonar el mea culpa en la derrota, y además apuntar a un mal momento propio en lo psicológico, no es para nada lo habitual. Y menos con la madurez y sensatez con la que lo hizo.
Para empezar, sigue habiendo ciertas reticencias, ciertas barreras que hacen de éste aún un tema tabú. No se suele hablar de ello con la misma naturalidad que, por ejemplo, cuando el problema está en una lesión muscular o un problema de cansancio por acumulación de partidos en un calendario apretado. Cuando no, directamente, se echan balones fuera o se pone como excusa el estado del campo. Todo esto ya está más que aceptado.
Por otro lado está el ego del propio deportista de élite, su orgullo propio mezclado con lo que se espera de él o de ella y que muchas veces impide que se muestre vulnerable, y mucho menos de manera tan pública.
Por eso Saúl es un ejemplo. Y no lo digo como elogio fácil. Es un modelo relevante, por su nivel, por su rol en el equipo, etc, que sirve de ejemplo importante para el resto de jugadores, para seguidores, para los chavales de la cantera, o para nuestros hijos, por qué no. Para miles de aficionados que ven como, donde pudo desmarcarse con cualquier excusa fácil, dio la cara y fue el primero en hacer autocrítica. Cualquier equipo sí necesita gente así.

Esta semana Saúl volvió a brillar en el encuentro de su equipo frente al Sevilla FC, con gol incluido y una buena actuación general. Estas cosas dan alas al jugador y son una gran noticia para seguir trabajando. Y tras el encuentro volvió a dejar unas interesantes declaraciones de las que me quedo con las siguientes ideas:
1. El trabajo psicológico, tan importante como el resto: «Lo que cuenta es el trabajo diario […] el trabajo con las personas externas del club, que no solamente se trabaja físicamente, se trabaja de muchas maneras. Todo ayuda, nada es casualidad y al final el trabajo paga» La preparación del deportista abarca diferentes parcelas, y la psicológica es una más que suma al resto y que está (o debería) a la misma altura. Por sus palabras podría deducirse que el jugador ha contado con apoyo profesional externo al club.
2. Lo que se ve en el campo, es una pequeña parte, el resultado de todo un proceso que no es fácil de ver desde fuera: preguntado por sus declaraciones tras el partido de Copa, el jugador afirma que «Si no lo hemos hablado es porque no nos da, o mejor dicho no os da a la gente de fuera a ver cómo se vive desde dentro el fútbol, incluso mucha gente, aficionados, también lo viven de esta manera» Desde fuera todo parece muy sencillo, y tenemos (afición, medios, etc.) una visión lo demasiado reducida o sesgada como para opinar o juzgar de manera acertada.
3. El futbolista es, primero y ante todo, un ser humano en un contexto y con unas circunstancias determinadas: contrario al tópico habitual, afirma que «el fútbol no son 11 jugadores corriendo detrás de una pelota, eso es mentira» y más adelante añade «es complicado cuando las cosas no te salen, que sigues trabajando y las cosas siguen sin salirte» El/la futbolista, da igual en el nivel en el que se encuentre, es ante todo un ser humano como tú y como yo, que se mueve en un entorno de alto rendimiento que exige lo mejor de sí. No es invulnerable, no es insensible y su funcionamiento en el entrenamiento o en el partido es producto de una gran variedad de factores y variables que lo modulan… además, su conducta siempre estará íntimamente ligada a, y se definirá en función de, su entorno y el contexto en el que se mueve, afectándolo y siendo afectada por él. De ahí que afirme que «al final aquí se siente mucho, y al final lo que pasa aquí en el césped luego se traslada a las familias, se traslada a amigos, a tu relación con el mundo» De ahí que sea tan importante un trabajo psicológico que tenga en cuenta (e involucre cuando sea necesario) al entorno del deportista.
4. El peso de la crítica y la importancia del apoyo: han sido muchas las críticas recibidas, pero también muchos los apoyos de gente de su entorno, empezando por su familia, a la que dedicó el gol frente al Sevilla. Desde su cuenta de Twitter, sin ir más lejos, compartió el bonito detalle que se encontró al llegar a casa: una nota de su hija dándole las gracias.

Otra muestra de apoyo la encontró desde la afición. Al parecer, tras la derrota frente al Cornellá, un grupo de aficionados se acercó a los entrenamientos del equipo para dar ánimos al ‘8’ rojiblanco, algo que éste agradeció enormemente. Existen estudios que sugieren que la existencia de apoyo social podría estar ligada a una moderación del impacto de acontecimientos estresantes negativos (Petrie, 1993) En general es en estas situaciones difíciles cuando un alto nivel de apoyo social puede ser especialmente útil y necesario para superar las dificultades y reducir el estrés que generan.
En apenas 7 días, Saúl ha dado titulares y declaraciones muy interesantes y trascendentes, y lo mejor, parece que tras ellas se esconde toda una declaración de intenciones.
Y tal vez haya quien quiera ver este último partido como «la vuelta», «el retorno» o, para los fans de lo épico, «la resurrección» del jugador. El fútbol a estos niveles tiene estas cosas. Pero no nos engañemos, no seamos ingenuos. Esta buena actuación suma, es reforzante para el jugador y le da confianza para seguir trabajando en la dirección que él mismo tomó cuando asumió que algo fallaba. Ahora toca seguir currando de manera consistente para volver a ser aquel Saúl determinante, volver a brillar y, además, disfrutar de ello. Tiene el apoyo de sus compañeros, su familia, su afición. Podrá volver a contar con la confianza del entrenador. Y seguro que, por su parte, determinación no le faltará.
