No pain, also gain

Las paredes de los gimnasios y los muros de las redes de multitud de deportistas y de ‘influencers’ del deporte están plagados de medias verdades acerca del rendimiento deportivo. Con el paso del tiempo, el marketing se ha ido entrelazando con el deporte y ha ido implantando en nuestro día a día slogans sobre los que se asientan creencias que pueden ser contraproducentes para nuestro rendimiento y nuestro crecimiento como deportistas. Hoy estoy aquí para intentar tirar por tierra uno de ellos.

Se suele decir que sin sufrimiento no hay ganancias o, en inglés, el popular «no pain, no gain». Esto tiene parte de verdad si hablamos del entrenamiento deportivo. No en vano, toda mejora en el rendimiento pasa por una planificación sistemática que contempla periodos de sobreesfuerzos que llevan al organismo al límite de su capacidad para, posteriormente, entrar en una fase de regeneración (compensación) y adaptación con vistas a afrontar un estímulo similar (supercompensación) Es el llamado Síndrome General de Adaptación, o SGA. De modo que, encadenando de la manera adecuada los diferentes estímulos o cargas que nos hagan llegar a niveles de supercompensación en los que nuestra capacidad es mayor a la inicial, es de esperar que nuestro rendimiento y nuestra capacidad vayan aumentando.

Hasta aquí, podemos decir que ese sufrimiento es necesario para mejorar, e incluso que el deportista debe estar preparado para afrontar momentos de cansancio y dolor durante el entrenamiento y la competición. Desde el ámbito de la psicología, existen estrategias encaminadas a poder manejar este tipo de situaciones y sobre ello escribí hace un tiempo en el blog (podéis encontrar la entrada pinchando aquí)

Sin embargo, si este proceso de sobrecarga se lleva más allá y no está integrado dentro de una planificación adecuada que contemple periodos de descanso suficientes, corremos el riesgo de incurrir en sobreentrenamientos que resulten perjudiciales para nuestra salud y nuestro rendimiento deportivo en forma de lesiones, agotamiento físico y mental,… con el consiguiente deterioro físico y abandono parcial o total de la actividad. En este caso, el sufrimiento, lejos de suponer una ganancia, implica una pérdida.

Todo ello por no hablar de las consecuencias mucho más trágicas que puede acarrear llevar a nuestro cuerpo más allá del límite. Este año 2020 es un ejemplo especialmente significativo de la importancia de este asunto, considerando el enorme parón en los entrenamientos y la actividad física que ha supuesto el confinamiento que hemos vivido. Durante la desescalada, en el mes de mayo, las noticias recogían dos casos de fallecimiento durante sendos entrenamientos. Este mismo año, previo al confinamiento, un corredor alemán perdía la vida durante la edición de la Spartan Race que tenía lugar en Palma. Las pruebas de alta exigencia son uno de los focos sobre los que hay que poner la mayor atención en este tema. A pesar de todo ello, existe un fuerte refuerzo social hacia este tipo de conductas, en forma de elogios, eslóganes como el que abría este post o historias calificadas como épicas o ejemplares ¿Quién no recuerda a Rei Lida, la japonesa que terminó su prueba gateando y con la pierna fracturada?

Generalmente se suele olvidar o prestar menos atención a la otra cara de la moneda en este proceso de mejora en el rendimiento: el descanso. O abarcando un abanico de elementos un poco más amplio, las medidas complementarias para la mejora del rendimiento y la prevención de lesiones. Hablamos de diferentes hábitos o medidas que deberían formar parte de la vida de un deportista:

  • Una alimentación sana equilibrada: qué alimentos son los mejores, qué formas de cocinar son las más adecuadas, qué forma de comer es la más indicada para un deportista y en qué momentos (durante la temporada, inmediatamente antes o después de competir…)
  • Hábitos de sueño saludables: el descanso es crucial para recuperarse, y durante los periodos de sueño se consolidan todas las mejoras, conocimientos, etc… adquiridos
  • Sesiones de fisioterapia y trabajo preventivo: no solamente cuando tenemos una lesión de mayor o menor gravedad, sino de manera preventiva, siguiendo además las pautas que nos indiquen los especialistas a nivel de estiramientos, recuperación, etc…
  • Entrenamiento en habilidades psicológicas: entre las que podemos contar con habilidades y estrategias para recuperarnos tras un sobreesfuerzo, a lidiar con el dolor y el agotamiento, a conciliar el sueño justo antes de una competición importante, etc…
  • Medidas farmacológicas complementarias: siempre bajo supervisión de un profesional, seguir las pautas más adecuadas para nuestra salud y tomar los medicamentos y complementos que sean más indicados.

Estas son sólo, y a nivel muy general, algunas de las medidas complementarias que, sin suponer sufrimiento o esfuerzo (en muchos casos justo lo contrario) contribuyen a mantener, consolidar y garantizar esa mejora en el rendimiento.

Desde los clubs y equipos, y con la aportación de los distintos especialistas en cada campo, incluyendo al psicólogo o psicóloga del deporte, se hace por tanto fundamental trabajar en la línea de poder derribar tópicos como este y motivar y dotar de recursos a los deportistas para que encuentren un equilibrio saludable que les permita seguir disfrutando de su deporte y seguir progresando y mejorando. Aquí algunas líneas de trabajo:

  • Facilitar información detallada de cada una de estas medidas y concienciar sobre su importancia, relacionándola directa y detalladamente con su rendimiento como deportistas
  • Involucrarlos en la implantación de dichas medidas dentro de la dinámica del equipo
  • Emplear modelos de deportistas relevantes que sean un ejemplo de este tipo de conductas
  • Organizar formaciones con los distintos especialistas que puedan tener dominio y autonomía en cada campo, y con ello una saludable sensación de control
  • Establecer con ellos objetivos y darles feedback y refuerzo adecuados

En definitiva, se trata de trabajar en favor de un cambio de mentalidad, para poder dar al deportista y al equipo el equilibrio necesario y pasar del «no pain, no gain» a un, por ejemplo «no pain, also gain»

Porque ni dormir es de cobardes, ni «imposiible is nothing», ni «no limits» ni, por supuesto, sufrir sin límites son garantías de éxito. El deporte es superación, esfuerzo (¡claro que sí!), sacrificio, compromiso… pero ante todo, debe ser salud.