Mantener la motivación ¿Qué ‘presupuesto’ tienes para tus objetivos de este año?

Con la nueva temporada ya en marcha tras el periodo estival, toca empezar a trabajar por nuestros objetivos. Y no hace falta que te diga que cada entrenamiento, cada partido, cada prueba, cada pieza de las que componen ese puzle que conforma la planificación deportiva suman hacia el éxito. La motivación, a estas alturas, en este punto, debería estar en lo alto pero ¿será así durante el resto del camino?

Qué duda cabe que el trabajo a nivel motivacional es fundamental para arrancar y para mantenerse en el camino. La temporada es larga, difícil en muchos momentos, y la preparación requiere mucho esfuerzo y sacrificio por tu parte. De modo que, si no existe una motivación suficiente, será imposible marcar esa diferencia que te ayude a ensanchar tus capacidades y alcanzar los logros que te has propuesto.

Hazte a la idea de que tu motivación debe ser alta y además mantenerse estable a lo largo del tiempo. 

El cansancio, los reveses, los diferentes estados emocionales que atravesarás… harán que la motivación pueda llegar a resentirse, y será fundamental consolidarla desde el inicio para poder mantenerla posteriormente.

Varias son las líneas de trabajo para desarrollar una motivación adecuada, pero entre todas ellas destaca, de inicio, el establecimiento de objetivos.

Generalmente nos enseñan a marcarnos objetivos bien definidos, retadores, y alcanzables. Seguro que te suena el SMART. 

Pero en lo que seguro que no te han hecho hincapié es en la necesidad de analizar, no sólo los beneficios que vas a obtener de estos objetivos, sino los costes asociados a éstos. Es decir, qué tendrás que poner sobre la mesa si quieres optar a alcanzar dichas metas.

Foto de Andrea Piacquadio

Te pongo algunos ejemplos de costes que podrían conformar lo que he denominado como tu “presupuesto” para lograr tus objetivos:

  • Esfuerzo físico y mental que supone el trabajo a realizar
  • Costes económicos: costes de materiales, licencias, cuotas de entrenamiento, transporte, servicios adicionales si no cuentas ya con ellos en tu club…
  • Inversión en tiempo: tiempo de entrenamiento, de desplazamientos, de estancias fuera si es el caso, etc…
  • Sacrificios que tendrás que realizar: planes que dejarás de poder hacer con familia, pareja o amigos, retraso o aplazamiento de estudios o carrera profesional, hábitos alimenticios que tendrás que modificar…
  • Costes en términos de pérdida de rendimiento: algunos objetivos concretos de mejora, implican en un corto plazo un descenso de rendimiento que, a medio o largo plazo podrán dar sus frutos

Es interesante evaluar con detenimiento todos los costes que se te ocurran y, una vez hecho, verlos en perspectiva, considerando lo que te va a suponer en un corto plazo y cómo en un medio-largo plazo podrían mantenerse, reducirse o incluso desaparecer, frente a los beneficios que iremos obteniendo en un corto, medio y largo plazo.

¿Qué logramos de este modo? 

  • Primero: tomar la decisión y consolidar nuestro compromiso y motivación
  • Segundo: dar a cada coste la dimensión e importancia que tiene, entendiendo que ésta será menor pasado un tiempo
  • Tercero: encontrar refuerzos, beneficios o “premios” en un corto/medio plazo que nos sirvan como incentivo para seguir trabajando

Recuerda, es fundamental desarrollar una buena dosis de motivación inicial, pero también cuidar que ésta pueda mantenerse a medio y largo plazo para que no nos quedemos por el camino, y para ello hay que hacer un buen trabajo de definición y análisis de tus objetivos desde el inicio de la temporada, antes incluso de que ésta arranque.

¿Te lo habías planteado de este modo?, ¿crees que este enfoque te podría haber ayudado con objetivos que quedaron en el tintero o abandonaste por el camino? ¡Te leo! y además, te invito a que te suscribas a mi Newsletter desde este mismo blog