Menos huevos y más detalle: por qué es importante el Analisis Funcional de la Conducta

La mejor solución a todo problema empieza por un buen análisis. Quédate con esta idea, porque es fundamental, y muchas veces se pasa por alto. Ocurre en cualquier ámbito profesional, y en particular, ocurre también cuando trabajamos con deportistas y sus distintas situaciones.

Las prisas, la ausencia de un método riguroso de trabajo o la simple falta de conocimiento pueden hacer que, ante una problemática, tiremos de instinto, soluciones que ya nos fueron bien o simplemente tópicos.

Y aunque existe la probabilidad de que podamos acertar, también es muy probable que nos equivoquemos, causando un perjuicio mayor o, al menos, no optando por la mejor de las soluciones.

Menos huevos y más detalle. Uno de los errores que cometemos a la hora de abordar un problema es la falta de concreción, la ambigüedad a la hora de contar lo que pasa. Esto ocurre mucho en el mundo del deporte, donde expresiones como «si es que le falta agresividad», «no tiene picardía» o «no le echa huevos» son habituales en boca de entrenadores o incluso familiares. Este tipo de explicaciones iniciales aportan poca o ninguna información realmente útil más allá de la excusa para seguir indagando.

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Fuente: Marca.com

Aquí toca hacerse algunas cuestiones ¿Qué significa para el entrenador «tener picardía»?, ¿qué implica exactamente «echar huevos»?, ¿qué es para él o ella la «agresividad»? En definitiva, ¿de qué manera concreta, precisa, se manifiesta la conducta problema?, ¿qué es lo que ocurre y no debería ocurrir o debería hacerlo de otro modo?, ¿que es lo que no ocurre y sí debería ocurrir según su criterio?, ¿de qué manera y con qué intensidad se manifiesta en el deportista, entrenador, etc. a nivel cognitivo, conductual y fisiológico? Operativizar el problema. Describirlo con el mayor detalle posible. Esto es primordial, básico, para empezar a entender realmente lo que ocurre.

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Fuente: ganharmassamuscular.net

Las cosas en su contexto. Otro elemento fundamental es el contexto en el que tiene lugar, determinar las circunstancias antecedentes ante las que se manifiesta el problema en cuestión y que favorecen o precipitan la aparición del mismo. Determinadas situaciones de un partido (marcador en contra, etc.), la manera en que el entrenador/a de dirige a él/ella, haber fallado un lanzamiento similar previamente, la presencia de determinado/a compañero/a, etc. pueden ser elementos antecedentes ante los cuales tiende a aparecer el problema y que habrá que identificar para tener en cuenta a la hora de diseñar una solución.

¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Quedaría aún un último «eslabón» en la cadena a tener en cuenta para completar este análisis inicial sobre el que podremos empezar a planear hipótesis y posibles soluciones: las consecuencias derivadas de la conducta (o no conducta) sobre la que queremos trabajar. Sobre estas consecuencias, lo verdaderamente interesante será determinar qué efecto tienen sobre el/la deportista y de qué modo podrían estar reforzando la conducta que nos preocupa. Lo podemos ver mejor con algunos ejemplos:

  • Imaginemos un Karateka que suele faltar a los entrenamientos de los lunes, en los que suele venir agotado de la oficina y se suele entrenar katas, lo cual le aburre demasiado (antecedentes), con lo cual se ausenta sistemáticamente (problema de falta de adherencia), lo que le reporta un beneficio claro, como es el descanso y evitar una actividad que le desmotiva (consecuencia)
  • Pensemos en un jugador de baloncesto que, ante las agresivas recriminaciones del entrenador cada vez que falla un tiro desde la línea de triples (antecedente) evita hacer este tipo de lanzamientos aunque esté en la posición y situación adecuadas (problema de inhibición de lanzamiento a canasta estando bien posicionado) con lo cual evita la «bronca» (consecuencia que supone un refuerzo negativo)
  • Ahora imaginemos a un atleta que, estando cerca de una competición importante para la que se ha estado preparando durante meses (antecedente), empieza a tener dudas de sus posibilidades y realiza una serie de fuertes sesiones de entrenamiento extra por su cuenta (problema de sobreentrenamiento) que alivian su ansiedad y generan en su entorno palabras de elogio (consecuencia que supone un refuerzo positivo)

Como se puede apreciar, hay todo un trabajo previo y muy importante a la hora de establecer posibles líneas de actuación ante un determinado problema y no basta con una apreciación vaga y en caliente del entrenador o el entorno del deportista.

¿Por qué es tan importante un buen análisis funcional de la conducta?

De un buen análisis y un completo entendimiento de la situación depende dar con la solución o soluciones más acertadas. Un tiempo sin duda bien invertido si se trabaja de manera metódica y rigurosa, evitando posteriores perdidas de tiempo, perjuicios al deportista, frustraciones, desmotivación o falta de confianza en el psicólogo y sus soluciones.

Un tiempo que no siempre se tiene (no hay que olvidar que en ocasiones se dan situaciones en las que hay que intervenir un situ)

Como siempre, resulta que no es magia, sino trabajo, método, tiempo y disciplina.

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