Yo lo tengo claro. En toda profesión, si quieres aportar valor, tienes que desarrollar las cualidades necesarias para un desempeño óptimo de la misma. Se puede aplicar a los camioneros, a los comerciales, a los informáticos, a los médicos, a los periodistas…y por supuesto, también a los psicólogos. Y lo que en este espacio nos ocupa es el ámbito de la psicología deportiva, por lo que aquí van 10 (+1) cualidades que, en mi opinión, son fundamentales para ser bueno en esta profesión y aportar valor real:
- Empatía: la RAE define empatía como «capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos» Cuando se trabaja con personas en un nivel tan íntimo como el de las emociones, las expectativas, las motivaciones, etc… se hace fundamental y muy importante tener capacidad para ponerse en los zapatos del otro y entender su punto de vista. Podríamos haber hablado de capacidad de escucha activa o interés por el otro pero veo la capacidad para mostrarse empático como un término más completo. En cualquier caso, me parece prudente advertir de la necesidad de no sobrepasar los límites de la relación psicólogo/deportista con el correspondiente riesgo de perder la necesaria objetividad
- Objetividad: en efecto, un estilo empático no debe estar reñido con un funcionamiento objetivo y que busque el mayor beneficio para el deportista y, si es el caso, para el equipo/club. Además, será interesante ayudar a que el propio deportista logre desarrollar un estilo de funcionamiento objetivo que, por ejemplo, le ayude a interpretar de manera acertada y beneficiosa, las victorias, las derrotas, o cualquier evento que tenga lugar a lo largo de su trayectoria.
- Habilidades de comunicación: entrenador, deportistas, físicos, nutricionistas, árbitros, padres, directivos… el psicólogo deportivo tiene que relacionarse con diferentes actores alrededor de los deportistas, además de con éstos. Por eso será importante que tenga capacidad para hacer llegar distintos mensajes con claridad y de manera que puedan ser entendidos y asimilados, teniendo cuidado en algunos casos para hacerlo con la sensibilidad adecuada.
- Capacidad analítica: no hay intervención exitosa sin un buen análisis de la situación y una planificación adecuadas. Para ello, se hace imprescindible un buen análisis funcional que permita conocer cuál es el problema o el objetivo, y por dónde se puede ‘atacar’ para avanzar en positivo. Para ello es fundamental una visión global y una capacidad de análisis de los distintos elementos, variables, etc…
- Capacidad de adaptación al cambio: y si bien es cierto que la capacidad de análisis y la rigurosidad en la aplicación de la intervención son fundamentales para llegar a buen puerto, también hay que saber compensar con una capacidad de adaptación al cambio que permita, cuando sea necesario, hacer los replanteamientos necesarios, volver atrás en la estrategia o afrontar casuísticas que no esperábamos
- Paciencia: fundamental en cualquier proyecto a largo plazo, especialmente si éste implica procesos de cambio individuales, colectivos o, incluso, organizativos. Y especialmente cuando se trabaja con entrenadores o deportistas reticentes al cambio, reacios a trabajar aspectos que en ocasiones pueden resultar muy personales.
- Curiosidad: o interés y motivación por aprender cada día acerca de su profesión. Es estar abierto o abierta a nuevos puntos de vista, métodos, teorías. Conocer siempre un poco más y cuestionar lo conocido. Buscar nuevas técnicas o herramientas que aporten valor
- Capacidad de trabajo en equipo: detrás de cada deportista siempre hay un equipo multidisciplinar ayudando a conseguir los objetivos marcados. Las grandes metas nunca se han alcanzado caminando solos, y el psicólogo del deporte debe estar integrado y perfectamente coordinado con el resto del cuerpo técnico. Y en cada parcela podrá aportar un valor específico (adherencia al entrenamiento o a las actividades complementarias, recuperación de lesiones, adquisición de nuevas habilidades…) pero siempre estando al servicio del resto y no al revés. Comunicación, empatía, flexibilidad, etc. serán importantes habilidades a tener en cuenta.
- Capacidad de planificación: el trabajo del psicólogo debe situarse en un marco más global de actuación, y tendrá que ser el adecuado para cada momento de la competición. Al tener que actuar aproximadamente con otros especialistas, la habilidad que tenga para gestionar y planificar su trabajo será crucial.
- Integridad: trabajamos con deportistas, competidores de mayor o menor nivel, pero ante todo y sobre todo, trabajamos con personas. Y por ello hay que hacerlo con la ética y sensibilidad que merece. La confidencialidad, la credibilidad, la confianza, el respeto mutuo,… son aspectos que siempre hay que tener en cuenta.
Hasta aquí diez cualidades que, a mi entender, son fundamentales en un psicólogo que trabaje en el ámbito del deporte… y sí, me falta una más que, conscientemente, quiero mencionar aparte y de manera adicional, por ser una cualidad que veo imprescindible para darle ese plus, ese valor añadido:
- Pasión: la pasión por lo que hacemos, el gusto y la motivación por nuestra profesión, siempre es un plus para dar lo mejor de nosotros mismos. Como dice una frase que seguro has leído o escuchado, «el mundo necesita gente que ame lo que hace», y por eso creo fundamental este ‘ingrediente’ para poder marcar la diferencia, pero sobre todo, para poder garantizar un servicio de calidad a quienes lo necesitan.
Estas son 11 cualidades que para mí son esenciales en un profesional que se dedique a la psicología, y en concreto aplicada al ámbito deportivo, pero seguro que hay otras tantas que podrían ser interesantes ¿Qué te parece?, ¿estás de acuerdo en ellas?, ¿hay alguna más que consideres relevante para poder aportar valor a profesionales del mundo del deporte?
