Imagina una importante final, patinaje artístico, tú estás en la pista. El pabellón está abarrotado de gente y todas miradas van hacia tí. Sabes dónde están los jueces, ves los focos, sientes el frío del hielo, la responsabilidad del momento te atenaza y te comprime el estómago. Nervios, presión, angustia. Tu compañero o compañera está contigo. Habéis ensayado el ejercicio durante meses, es complejo y requiere vuestra máxima concentración, a pesar de todo el entorno que os rodea… a pesar de todo lo que pasa por vuestras cabezas.
Este ejemplo sería bastante ilustrativo para la habilidad de la que quiero hablaros hoy. El deportista se encuentra en una situación relevante, próximo a comenzar un ejercicio complejo, que requiere una gran precisión, y que por tanto exigirá la máxima concentración por su parte. La atención se disipa entre la pista, los jueces, el público, su compañero o compañera, con quien a su vez debe coordinarse, sus propios pensamientos de preocupación, angustia, etc… Una de las cosas que podemos comprobar de todo esto es que existe, por un lado, una atención externa (la pista, el público, los jueces, el compañero…) y una atención interna (los pensamientos, las sensaciones, la posición del cuerpo…) y, por otro, una atención con enfoque amplio (el propio público o la pista) y otra con enfoque reducido (cada preciso movimiento o posición, cada pensamiento concreto…) y que además van oscilando de unos a otros… ¿se percibe ya cierta complejidad?
Una de las claves de la excelencia en prácticamente cualquier ámbito, incluido por supuesto el que nos ocupa, reside en la atención.
Entre otras, la atención influye en nuestra velocidad de reacción, nuestra toma de decisiones, en nuestro nivel de activación (que a su vez influye en la propia atención en una interesante relación recíproca) y consecuentemente en nuestra ejecución deportiva, y tiene un papel importante en la adquisición de nuevas habilidades, en la regulación de estados mentales y en la preparación previa a cada competición. Todo esto por mencionar sólo algunos ejemplos de su importancia.

Fuente: tmhome.com
¿Cuáles serían las principales habilidades atencionales que puede (y debe, diría yo) desarrollar un deportista?
De cara a optimizar nuestro rendimiento, existen una serie de habilidades atencionales que son fundamentales y que nos va a interesar aprender y entrenar. Podríamos resumir muy por encima y en tres puntos las destrezas que nos hacen atencionalmente hábiles:
- Conocer las demandas atencionales de tu deporte para cada momento concreto del entrenamiento o la competición: ser conscientes de a qué elementos debemos prestar atención, con qué enfoque, y comprender la importancia que esto tiene en tu rendimiento ya supone empezar a dirigir nuestra atención. Llevarlo al entrenamiento diario fortalece esta habilidad
- Utilizar enfoques atencionales internos y externos y de diferente amplitud según el momento: y no sólo eso, sino también la habilidad de pasar de uno a otro cuando sea necesario
- Atender con la intensidad apropiada: la intensidad con la que atendemos debe ser la apropiada para cada momento. Esto significa que en determinadas fases deberemos atender muy intensamente y en otras fases, tenemos que saber relajar y distraer esa atención. Como es un recurso limitado y que requiere esfuerzo, hay que saber cuándo y cómo descansar (por ejemplo, entre combate y combate, en un tiempo muerto, etc…) y este es un aspecto al que tal vez no se presta tanta atención como al resto
Por lo tanto, estamos ante una habilidad muy importante por su influencia en el rendimiento y, en paralelo, en estados mentales que inciden directamente en el mismo. Una habilidad que conviene entrenar a diario de modo que podamos aprovechar y explotar todas sus posibilidades, y que será necesaria y útil para el trabajo con otras habilidades psicológicas ¿Cómo desarrollarla? a nivel general, dos líneas de trabajo; El propio entrenamiento diario, si se enfatiza y se dirige debidamente esta atención, ya de por sí la refuerza significativamente.; Y por otro lado, el diseño específico de ejercicios para potenciarla nos servirá para trabajar aspectos concretos de la misma, como el cambio de enfoque o de amplitud (por ejemplo, en determinados tipos de jugada en fútbol cuando sea conveniente cambiar el tipo de atención)

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